miércoles, 6 de julio de 2016

Nº 13.El laberinto. Estar aquí


Leyendo una entrevista entre Beatriz Sarlo y Juan .J Saer evocan un lugar, no interesa cual, sino que esa evocación me llevó a adentrarme una vez más  en un laberinto titulado estar aquí .Porque reflexioné,valoricé uno en particular, mi propio lugar. Ese en el que vivo, en el que ejerzo todas mis funciones posibles. El que está compuesto por los elementos que hacen un hogar, una casa, un entorno. Aquí respiro,pienso, sueño,existo. Reconozco sus componentes. sus adornos, sus cuadros incorporados a mi ya largo pasado. Herencias representativas;Improntas melancólicas, felicidades cual madejas destinadas a tejer ilusiones,añoranzas. Allí una Plaza San Marcos en bello óleo,una Ca Darío en acuarela,una cabeza norteña de exquisito grabado,un plato llegado de una extinguida R.D.Alemana, un centro de mesa celebratorio de mi llegada al mundo. Innecesario seguir enumerando. Son los objetos inanimados con su capacidad de animarlo todo. El ambiente interior, el exterior. Ese cambiante,evolucionante en constante transición. Lugar donde nací,donde me crié. Donde supongo moriré. Aspiro ser cenizas esparcidas  por ese ámbito. Valoro estar aquí. Soy un privilegiado. Todo es física,materialmente agradable. Concurrido por casi nadie,porque a los muchos los fué reduciendo la vida,reclutando las circunstancias. Visitas mentales, imaginadas, deseadas. Ausencias aceptadas con resignación
Ese estoy aquí está compuesto, eso es lo fundamental, lo de valor inconmensurable por ella y yo.

Veji

1 comentario:

  1. Querido doctor, éste, su último escrito sobre la serie Laberintos, es un canto al amor. No sólo al de su esposa y compañera, sino hacia los objetos inanimados también. Adoro escribir sobre ellos porque conforman, como bien dice usted, nuestra integridad. La casa de uno es el albergue del alma mientras estemos vivos, después no lo sé ni me preocupa, sé que la tierra, de una un otra manera, me recibirá. Entre las pertenencias que usted enumera está el cuadro que tanto me calmó siendo niña y me agrada que sea uno de sus calificados compañeros.Las ausencias de humanos y objetos/casas son faltantes dolorosas que siempre llevaremos dentro, tanto, que ya somos nosotros en ellos. Cariños.

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