miércoles, 25 de mayo de 2016

Nº 7. Reflexiones laberínticas.


Son ellas las que nos inducen a meternos con apabullante constancia,dentro del laberinto introspectivo.Al hacerlo podemos apelar a distintas metodologías.Probarlas, ver resultados, sacar conclusiones.Aceptemos, como diría Marc Augé que la vida constituye para cada uno de nosotros una larga e inevitable búsqueda.
¿Como concretarla?.Estamos, ya sabemos en el laberinto de la vida.Hay que transitarlo.Una forma es dejar que los pies elijan.La idea me seduce.Ellos saben mucho de caminar.Son pura sabiduría, pero mecánica.Un útil instrumento.Necesitan inyecciones , nuestras órdenes.Utilicemos el estado de sospecha, el estado de pregunta.Atención, puede concluirse con la no existencia del o de los caminos.Comprobar inutilidades o lo contrario.Pensar, esto es lo privilegiado.Un atributo al que debemos saber utilizar.No confundirse y creer se está en un laberinto reflexivo sino en reflexiones laberínticas, por lo menos en este caso
Se nota que al elegir un tema central se han abierto innumerables puertas-caminos para incursionar  en todo lo que nos atañe, conmueve,insuflando causa-efecto.
En la medida que transcurra el tiempo, si este me lo permite te llevaré por temas y temas, alumbrados por ese aludido privilegio de pensar.Aunque puede con pobres resultados,mas con el gozo de poder decirlos.Confesiones no solicitadas,percepciones indiferentes.
Modestas y pobres reflexiones laberínticas.

Veji

sábado, 21 de mayo de 2016

Nº 6 El laberinto. Una charla futbolera.


Y el laberinto se iniciaba en la Vuelta de Rocha.Partía el vapor de la carrera en su travesía nocturna hacia Montevideo.Este, llamado el General Alvear.Impulsado todavía por ruedas puestas a babor y a estribor.De tan antiguo no tenía hélices.El sendero a transitar de agua bordeado por boyas oscilantes y luminosas.Nuestro personaje solo, sin sueño, por momentos se entretenía bajando a la sala de máquinas para ver las bielas funcionando, impulsando las ruedas.Y la noche transcurrió impensadamente..La nave atracó  en lo que sería la entrada del laberinto.La ciudad de Montevideo, el cerro, el palacio Salvo,su atractiva configuración.Ya en el sendero emprendió sus pasos por el barrio  antiguo.Entró en un modesto café bar.Lo primero que hizo fué ir al baño a orinar..No era el único en ese antro mojado.Cada uno hacía lo suyo.Se sacudió y salió buscando una mesa disponible.Se ubica y los fortuitos compañeros del baño se le acercan, le piden permiso para compartir el lugar.Comienza la charla.
¿Porteño, verdad?-Sí.¿Y qué lo trae por la banda oriental?-Pasear y si cuadra ver algún partido de fútbol.
La charla se desarrollaba entre pocillos de mal café y copitas de caña de durazno Ancap.Esta y el guindado uruguayo,dos emblemas del país.Tanto que a los turistas argentinos se les encargaba comprar ambas bebidas.Aquí en Buenos Aires los guindados eran como bares nocturnos cercanos a los hoteles alojamientos donde las parejas hacían la previa o la post.
Volviendo al encuentro la charla rumbeó decisivamente en el fútbol , en la rivalidad entre las dos orillas.
Aparecieron los recuerdos, las anécdotas, los fanatismos..El nombre de jugadores próceres.En este grupo nítido dos sectores, los hinchas de Nacional y los de Peñarol.Otros equipos más simples, satélites de estos grandes.Máquinas de fabricar estrellas.
¿Y tú?(el clásico voceo uruguayo).¿De qué cuadro eres?¿De River o Boca?.-No, soy de Racing.Histórico equipo.A los 6 años mi padre me regaló la vestimenta completa,botines incluidos .La pelota de cuero.
En la cabecera de mi cama tenía un cuadrito con la foto de un delantero llamado Del Giúdice.Formaba el ala izquierda con Bugueyro..La foto un marco de cartón marrón oscuro y allí el vistiendo la gloriosa.Un olvidado fantasma en blanco y negro, como todas las imágenes de la época
Pregunta¿Y no tenías con él al equipo completo?
No,para qué si cuando iba a la cancha de madera, en la lejana Avellaneda con mi viejo sumaba mi voz infantil a los demás gritando el gol, o el insulto.
En este extraño laberinto encontré la salida en la evocación de mis recuerdos.

Veji

miércoles, 11 de mayo de 2016

Nº 5 El Laberinto- Algo del mío.


Me asomo con timidez y prudencia.Me animo a ingresar, sé con lo que me voy a encontrar,con la irremediable fatalidad de ser yo mismo.Partirán infinitos caminos distribuidos como nervaduras..
Aceptemos que cada uno tiene su propio laberinto.Desconoceremos la salida.En realidad la sabemos como hecho físico biológico, pero ignoramos su forma, el contenido, el como.El centro ya lo mencioné, la irremediable fatalidad de ser yo mismo.Una sucesión concatenada de encrucijadas.
Imaginaré su aspecto material compuesto por muros vegetales de cipreses.Ni boj, tuya, ligustro.Los cipreses muy utilizados en los cementerios, en los túmulos romanos.Desearía que el último tramo,su salida, estuviera compuesto de flores.Su sendero cubierto de pedregullo.Comienzo calzado con unas sandalias cubriendo mis pequeños pies desnudos(memento).En la medida que avanzo cambio mi calzado,su tipo, su utilidad, mi crecimiento.Sé finalizaré con los pies desnudos.Marcarán el final de mi marcha.Miro el cielo que cubre al laberinto en cambiante luminosidad, celeste, gris,nocturno.Estrellas,luna,sol,nubes,lluvias,tormentas, temporales.Los avatares de la vida.
A todos nos ha cobijado este cielo tan representativo.Los pasos que dí son incontables.Ignoro los que daré aún.¿Qué pasa?.He dado con un camino sin salida.Retrocedo.Vuelvo al punto inicial,elijo otra bifurcación.¿Acertaré esta vez?.Estoy de nuevo en su centro.Dí con el meollo de mi vida.Sin ninguna indicación para la salida.Debo seguir andando, buscando, convencido de la irrefutable verdad representada en su salida.Me mostrará otro nuevo laberinto, oscuro,con flores marchitas, sin cielos, sin vida.
Veji.

miércoles, 4 de mayo de 2016

nº 4 El laberinto. Don Quijote, el hombre del mate.


Pasó a la historia como el hombre de La Mancha. Hasta un musical, entre tantas adaptaciones, llevó ese título. Cierto que su aventura giró en torno a su locura, convertido en el hombre más libre, sin ataduras. Y como decimos aquí, mal del mate es estar loco, desequilibrado. Sin embargo el título de este relato se refiere a este don Quijote aficionado al mate con bombilla, tan caro en Argentina ,Brasil, Uruguay, Paraguay, Siria y otros países árabes. Un fanático es el Papa y por él entró en el Vaticano.
Don Quijote arribó a estos lares según un cuento de Mujica Láinez de su serie Misteriosa Buenos Aires. Llegó encerrado en un libro que al ser abierto permitió que él, con su Rocinante,su escudero,incursionaran en la vida colonial. Sintió mucho bochorno al comparar su jamelgo con los briosos caballos criollos crecidos en la pampa en forma prodigiosa. Rocinante, Sancho, su burro,quedaron totalmente eclipsados. Solamente él sumergido en esa extraña vida. Hasta que una esclava negra le cebó un mate. Como le sucedió a todos quedó dominado por ese nuevo placer. Pensó que a su regreso su amada Dulcinea lo aguardaría en la puerta del rancho,o pegada al fogón, al pie del aljibe, o a la sombra del ombú. Ella se los cebaría con todo amor y dedicación. Hasta la imaginó con trenzas, vestida de percal como una paisana más. Oyó que el dueño del libro proyectaba su regreso a España.Se apresuró a meterse en las hojas del libro, con su caballo, su escudero y un buen saco de yerba mate.Ya en plena Mancha continuó con sus aventuras.Intentó usar la bacía para cebarse algún amargo.Recurrió mejor a la excelente cerámica española jalón fundamental del progreso de la civilización europea en esa artesanía al imponer la forma de vaso-campana con exquisita decoración. Así mas un tubo hizo del mate un hábito cotidiano.
Toda esta parte y detalles de la historia no la escribieron Mujica Lainez ni Cervantes, contemporáneo de Shaskepear, de cuyas muertes se han cumplido  400 años en simultaneidad. Se lo imaginan a Hamlet dialogando con la calavera entre mate y mate?
Cada uno con su locura y nuestro mate consagrado como bebida universal.
 
Veji