miércoles, 1 de junio de 2016

Nº 8. El laberinto. La semilla.


Algunas pueden aparentarlo morfológicamente; otras intrínsecamente.Todas lo son significativamente.
Hagamos la experiencia escolar del poroto,los secantes o algodones húmedos.Veámosla geminar, crecer,desarrollarse hacia sus extremos.Tallo,hojas, raíces.Clase elemental de vida vegetal.Clase primitiva de como ser un inconciente verdugo.Porque agotada esa primera fase, se nos muere.Intentamos plantarla, conservarla con menos curiosidad.Ya en tierra, ocultando sus primitivos secretos.Lo que sigue ya lo sabemos.Es una planta más.Nunca haremos lo posible para que sean porotos,sus frutos.Seremos niños escolares, no chacareros verduleros.No sospecharemos ni se nos ocurrirá imaginar formar en algo de su laberinto.Pero intentemos comprender  su significado, su vida.
Dormida,podrá estar sin despertar por miles de años.Si lo hará cuando se den las condiciones apropiadas.Será vida activa mostrándose en lo que debe ser.Para qué, por qué.Como,cuando, hasta donde.Comparemos todos estos ítems.Comàrémonos.
La semilla, pura potencia.Vida agazapada, en ignoto acecho.Sin ella la nuestra dificil de ser imaginada.
Nutrición biológica, nutrición espiritual.Oxígeno, alimento,poesía.
Recorramos el sendero del laberinto, busquemos su centro, hallemos la salida.
Habrá desconocidas semillas que en nuestra marcha pisaremos sin saberlo.

Veji.

1 comentario:

  1. Excelente la forma pedagógica, clara y precisa de la metáfora, "su vida agazapada, nutrición biológica" y la realidad de "Habrá desconocidas que pisaremos sin saberlo". Recuerdo mi experiencia con el poroto en la primaria, con tanto respeto y asombro que me hace pensar si fue allí donde descubrí mi amor por las plantas. Claro está que su nota va mucho más allá que estas reseñas juveniles. Gracias doctor.

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