jueves, 15 de junio de 2017

Nº 41. El laberinto. título Andando.


Alguna vez publiqué sobre un hombre que camina, ilustrada con una escultura de Alberto Giacometti. Mi obsesión por caminar se fue acrecentando con el paso del tiempo y el avance de mi enfermedad neurológica.Todo se conjuga para el impedimento.
Mis sueño, lo he contado, se basaban en poder volar. En mover los brazos cual alas, en elevarme, en planear. Mas esos sueños se esfumaron, no volvieron a repetirse. Ahora evoco mis largos paseos a pie en compañía de Julia, mi esposa.
Hemos caminado todo aquello que estuvo a nuestro alcance. Gozamos de lo visto, lo que se nos ofrecía,y sobre todo de nuestra compañía.
Ya no, ni los bastones me son útiles. Un andador mi fiel colaborador. Mis pasos vacilantes. Mi temor, mis dudas. La caída con todas sus consecuencias.
Hubo muchos personajes en la historia que practicaron célebres caminatas. Solos, acompañados. Por momentos en diálogos memorables, clases. A veces con finales trágicos. Largas peregrinaciones de todo tipo,creencias, religiones.
Y yo ,  sigo andando, intentándolo. No me rindo, no enarbolo ninguna bandera blanca. Consciente soy, lo sé que en este intrincado laberinto al pretender seguir haciéndolo cual es su final.
Ignoro el como y el cuando.
Me tiene sin cuidado.

Veji

2 comentarios:

  1. Profunda metáfora de la vida para todos. No rendirse. Gracias tío

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  2. ¡Qué buena apertura de su interior doctor! Me encantó lo directo del vocabulario, un compendio de buena vida y de la aceptación lógica e inteligente de las limitaciones que nos tocan. Cariños.

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